Viaje a Mustang, el reino secreto de Nepal

Mustang fue un reino ubicado al norte de Nepal. Poseía únicamente tres ciudades entre ellas Lo Mantang, la capital, y 24 villas menores, además de ocho monasterios. El reino se llama en realidad Mastang y su soberano, desde el año 1795 hasta la abolición de la monarquía nepalí en 2008, fue vasallo del Rey de Nepal. 

Mustang ocupa un estrecho valle que sirvió de conexión durante siglos entre los grandes reinos de Nepal, al sur y Tibet, al norte. Un enclave estratégico que también fue lugar de tránsito habitual de las caravanas de sal que bajaban desde las llanuras tibetanas hasta los valles nepalíes e indios.

Este remoto reino, fundado en 1380, estuvo cerrado a la entrada de forasteros hasta finales del s.XX. El primer occidental en llegar a Mustang fue el geólogo y explorador suizo Toni Hagen, quien en 1952 realizó una breve visita al reino durante uno de sus viajes al Himalaya. El francés Michel Peissel es considerado el primero en pernoctar en la capital Lo Mantang en el transcurso de su expedición de 1964 cuando, por vez primera vez, se autorizó a un extranjero a visitar este remoto reino aunque no fue hasta 1992 que Mustang abrió sus puertas a viajeros forasteros.

Los festivales en las regiones de los himalayas son famosos por su colorido y espectacularidad. En Mustang, el Festival de Tiji, también conocido como "Tenchi" significa "esperanza de una buena cosecha y prosperidad". Se celebra en el tercer mes del calendario tibetano, generalmente en mayo, y dura tres días. Durante el festival, los habitantes de Mustang se reúnen en el palacio del rey de Lo para presenciar una serie de danzas y representaciones simbólicas que narran la historia de la victoria del dios Dorje Jono sobre un demonio que había estado causando problemas en la región. Las danzas son realizadas por los propios monjes del monasterio de Chhyode Gumba, y la celebración culmina con una ceremonia de ofrendas y bendiciones para la prosperidad y la felicidad de la gente de Mustang. El Festival de Tiji atrae todos los años y los habitantes de las aldeas de las montañas. Es sin duda una experiencia única y fascinante para visitar.

Ahora, es posible visitar uno de los reinos más remotos y que estuvo cerrado durante siglos y alojarse en un lodge único, el Shinta Mani Mustang A Bensley Collection que, con solo 29 suites, está encaramado en lo alto de la ciudad de Jomsom, a las puertas de Mustang.  En esta región casi mítica, con sus fascinantes paisajes de aspecto lunar, se oculta en el valle de Kali Gandaki, entre las cordilleras del Annapurna y el Dhaulagiri. Se trata uno de los valles más profundos de la zona y una de las regiones más singulares y preservadas del mundo. Mustang, que en tibetano significa "Llanura de la aspiración", limita con la meseta tibetana y su altitud oscila entre los 1.372 y los 8.167 metros sobre el nivel del mar.

Shinta Mani Mustang A Bensley Collection es el punto de partida perfecto para practicar senderismo y vivir aventuras en los alrededores, explorar los monasterios budistas y su cultura, o simplemente disfrutar de las sobrecogedoras vistas de algunos de los picos nevados más altos del mundo, incluido el formidable monte Nilgiri Himal.

Las opciones gastronómicas incluyen el restaurante Nilgiri, que debe su nombre a la majestuosa montaña que domina, y un espacioso patio al aire libre donde se sirve cocina nepalesa y occidental moderna,  es elaborada con productos locales. El bar Aara debe su nombre a un exótico licor tibetano que beben los sherpas y que se puede degustar allí. La magia creativa de este exclusivo y remoto hotel es obra del célebre interiorista Bill Bensley. Así, los diferentes espacios del complejo incorporarán telas y materiales de colores cálidos para reflejar los ricos tonos del paisaje circundante, que se puede contemplar desde todas las ventanas de la propiedad. 

En el interior, todas las zonas se complementarán con las obras de arte del difunto artista Robert Powell, amigo de Bill, que dibujó con increíble detalle la arquitectura vernácula de la región. Desde la terraza exterior los huéspedes podrán admirar millones de estrellas en el cielo nocturno. En su típico estilo de upcycling ecléctico y con su mentalidad sostenible, Bensley ha utilizado materiales reciclados que ha reconvertido en muebles nuevos y únicos.

Viajar a este desconocido y antiguo reino es en sí mismo toda una experiencia pero además es posible disfrutar de diferentes actividades como excursiones privadas a caballo, visita de monasterios budistas y poblados remotos, caminatas hasta la frontera con el Tíbet, trekking a través de glaciares, observar concentraciones de fósiles de millones de años, experiencias de escalada en las rocas y vuelos en helicóptero sobre el estriado desierto montañoso y los desfiladeros erosionados por el viento. También es posible disfrutar del spa que ofrece tratamientos holísticos desarrollados por un médico tibetano amchi de undécima generación.