Matthew DeSantis, un occidental en el reino de Bután
Matt es uno de los extranjeros que más tiempo ha residido en Bután a día de hoy. Con una relación con el país que se remonta a su juventud, es fundador de MyBhutan, y de Beyul Labs, una empresa tecnológica que creó la primera plataforma de pagos en línea del país. También es el fundador de Sangwa Camp, una colección de exclusivos campamentos de lujo ocultos en las regiones más profundas y aisladas de Bután.
Matt y su equipo han impulsado, financiado y desarrollado diversos proyectos sin ánimo de lucro entre ellos, una iniciativa nacional para documentar, digitalizar y conservar el arte tangible y la historia religiosa del país; un proyecto de reforestación comunitaria en varios distritos; la introducción del béisbol como deporte nacional; y la fundación de la sección butanesa del prestigioso The Explorers Club.
Aparte de su trabajo, Matt es representante del Departamento de Estado de los Estados Unidos en Bután. Como ávido explorador, ha cartografiado algunas de las regiones menos conocidas del Himalaya y ha participado en expediciones más allá de Bután. En 2019, formó parte de un equipo galardonado con el "Citation of Merit" de The Explorers Club por una expedición de 2.100 kilómetros por el desierto del Gobi junto a la Academia de Ciencias de Mongolia. Este proyecto, pionero en aplicar tecnologías de imagen y mapeo de la NASA, fue noticia mundial por el descubrimiento de tres nuevas especies de dinosaurios, más de 250 yacimientos fósiles y una gran cantidad de especímenes.
¿Quién es Matthew Desantis?
Hablar de uno mismo nunca es fácil. Me considero alguien profundamente curioso, fascinado por un mundo en constante transformación y comprometido con dejar una huella positiva: ya sea innovando, construyendo relaciones, cuidando la tierra y la vida que alberga, o empoderando a las comunidades. La forma de entender la vida y el trabajo en Bután ha marcado mi manera de actuar, llevándome a buscar un impacto real y significativo en cada proyecto que emprendo.
Profesionalmente, soy un emprendedor apasionado y un creador incansable. Pero, en el fondo, soy alguien que encuentra satisfacción resolviendo desafíos, conectando con personas y explorando lo desconocido. Me siento afortunado de trabajar con un equipo y una comunidad que comparten estos valores y esta visión de cambio.
¿Cómo llegaste a Bután? O tal vez la pregunta es, ¿cómo llegó Bután a ti?
Conocí Bután por primera vez en la escuela secundaria, cuando conocí a su Alteza Real Jigyel Ugyen Wangchuck como compañero de clase. Después de la universidad, mientras trabajaba en el sector tecnológico, comencé a desarrollar sistemas a distancia para apoyar tanto al sector público como al privado en Bután, justo después de su transición a una monarquía constitucional democrática. Lo que inicialmente iba a ser una visita de un mes pronto se convirtió en mi nuevo hogar.
¿Cuánto tiempo has vivido en Bután?
Me mudé a Bután hace quince años, cuando tenía poco más de 20 años, y me siento increíblemente agradecido de haber llamado a este lugar mi hogar durante casi toda mi vida adulta.
Como occidental, ¿cuáles son los principales desafíos al adaptarte al país?
Una de las lecciones más inmediatas y significativas que aprendí, y que diferencia a Bután de cualquier otra experiencia que haya tenido, fue su enfoque del desarrollo basado en la Felicidad Nacional Bruta (FNB). A diferencia de la mentalidad de crecimiento a cualquier costo a la que estaba acostumbrado, el modelo de Bután pone en el centro el bienestar de las personas, la preservación de la cultura y la sostenibilidad ambiental. La FNB entiende el desarrollo como un enfoque holístico y equilibrado, donde la salud espiritual, social y ambiental son tan importantes como el progreso económico. Esta filosofía transformó por completo mi manera de entender lo que el verdadero progreso puede y debe ser.
Hay quien dice que ir a Bután es como retroceder en el tiempo hasta el siglo XIX. ¿Qué opinas al respecto?
Lo describiría más bien como un regreso a un estado natural del ser. Bután ha logrado avanzar respetando profundamente su conexión con la naturaleza, la cultura y las tradiciones. Se percibe una energía palpable de interconexión entre todos los seres, tanto sensibles como no sensibles, enraizada en un vínculo duradero con la tierra y entre las personas. No se trata de retroceder en el tiempo, sino de un lugar que ha permanecido fiel a las raíces fundamentales de la humanidad y al propósito de nuestra existencia.
Para visitar Bután hay que pagar la Tasa de Desarrollo Sostenible (TDS), unos 100 dólares por persona y día. Algunos dicen que es el camino a seguir para solucionar el impacto del turismo excesivo en el mundo, y otros dicen que es discriminatorio para los viajeros bien intencionados. ¿Qué opina al respecto?
«Exceso de turismo» es un término algo vago, pero lo ideal sería que el número de turistas mantuviera una relación lineal con el tamaño de la población de un país para mantener un equilibrio que apoye a una variedad más amplia de empresas y garantice que los recursos se gestionen de forma sostenible, beneficiando tanto a la comunidad local como a los visitantes.
Aunque al principio apoyé la antigua política de Tarifa Mínima Diaria por Paquete (TMDP), que establecía una tarifa de 250 dólares por persona y noche con todo incluido, más tarde llegué a considerarla un arma de doble filo. Aunque posicionaba a Bután como destino exclusivo, esta política hizo que la mayoría de los viajeros optase por el paquete todo incluido, limitando la capacidad de los proveedores de servicios para innovar y ofrecer experiencias únicas. El resultado fue una oleada de viajes estandarizados y estereotipados dirigidos a un reducido segmento de mercado, que acabó por saturar el segmento de la industria que atiende a este tipo de clientes. Sin embargo, para que la industria en general prospere, es esencial que la innovación se fomente en todos los niveles.
Creo que la nueva política, que introduce la TDS como una tasa independiente, fomentará una mayor innovación en la oferta turísitica del país. Los destinos que se enfrentan a un «exceso de turismo» o que dependen de tarifas mínimas por paquete conducen inevitablemente a la saturación del sector, lo que limita la capacidad de los visitantes para experimentar el país más allá de las rutas turísticas típicas. Además, la SDF de Bután contribuye a financiar la educación y la sanidad, beneficiando a la comunidad local y mejorando indirectamente la experiencia de los visitantes.
Aunque muchos llegan a Bután con el objetivo de hacer el ascenso al Taktsang (Nido del Tigre), asistir a festivales o explorar su lado espiritual, casi todos se van con recuerdo imborrable de la calidez, el humor y la sabiduría del pueblo butanés.
Eres conocido por haber introducido y hecho del béisbol un deporte oficial en el país. ¿Cómo sucedió eso y cómo ves el crecimiento del béisbol allí? ¿Cómo ayudó a concienciar a la gente la foto que tomaste y que se hizo viral?
Introducir el béisbol en Bután ha sido un viaje tan inesperado como fascinante. Cuando llegué al país, el deporte era prácticamente desconocido. Sin embargo, gracias al apoyo constante del Comité Olímpico de Bután, bajo la dirección de su presidente, Su Alteza Real, quien ha transformado la cultura deportiva en un pilar clave de la sociedad butanesa, el béisbol ha crecido hasta incluir a más de 5.000 jóvenes jugadores registrados.
Lo que comenzó como un pequeño campamento de una semana organizado junto a mi amigo Karma Dorji pronto se expandió cuando cientos de niños se unieron. Desde ese momento, nos propusimos continuar y consolidar el proyecto. Esto dio lugar, a lo largo de una década, a la creación de diversas ligas juveniles y clubes en seis de los veinte distritos de Bután.
Un momento crucial llegó de forma inesperada cuando la fotografía se volvió viral, lo que aceleró enormemente el crecimiento del programa. Este hito atrajo donaciones de equipos y patrocinios, permitiendo que más jóvenes en todo el país tuvieran un bate y una pelota en sus manos. Además, abrió la puerta a una experiencia única para doce jóvenes butaneses, quienes viajaron a Nueva York para participar en el primer "Día de Bután" durante un partido de los Hudson Valley Renegades, en las ligas menores, y tuvieron el privilegio de correr por el campo del Yankee Stadium junto a sus ídolos de las grandes ligas.
Estoy especialmente agradecido a los jugadores y entrenadores que han adoptado este deporte con entusiasmo y que son, sin duda, los impulsores clave de su crecimiento en Bután.
¿Qué significa viajar para ti?
Para mí, viajar significa ser recibido por comunidades que te invitan a conectar profundamente con ellas: vivir junto a las personas, entender por qué han elegido ese lugar para construir su vida, cómo la sostienen y qué las llena de orgullo o gratitud por su forma de vivir. Es aprender sus tradiciones ancestrales, sus canciones, su folclore y su patrimonio, comprendiendo cómo estas prácticas atemporales siguen dando forma a su día a día.
También implica aventurarse en los rincones menos explorados del planeta: montañas, ríos y selvas, descubriendo los ecosistemas que allí prosperan y cómo los habitantes de esas tierras se adaptan y sobreviven, con la posibilidad de desvelar nuevos conocimientos científicos en el camino.
Viajar es construir conexiones que se transforman en recuerdos imborrables o, incluso, en amistades para toda la vida. En última instancia, es aprender, compartir sabiduría y fomentar un crecimiento mutuo y una comprensión más profunda con quienes nos encontramos en el camino.
¿Qué es el lujo para ti?
Todo lo anterior.
La mayoría de los hoteles de Bután son de marcas internacionales de lujo, con tarifas que rondan los 1.500 usd por noche, más el SDF. En el futuro, ¿será Bután un destino al que sólo puedan acceder los viajeros más pudientes?
No lo creo. Aunque contamos con impresionantes resorts de lujo, Bután ofrece una amplia gama de alojamientos. Desde propiedades de cinco estrellas hasta opciones más asequibles de tres estrellas, e incluso acogedoras casas rurales familiares con un encanto único. Hay opciones para todo tipo de viajeros, cada una con su propia personalidad y atractivo.
¿Por qué crees que la gente debería o no visitar Bután?
Bután es un lugar con muchas capas de existencia, una tierra rica en historia, sabiduría y espiritualidad. Ofrece interminables oportunidades de descubrimiento, y cada rincón del país, desde sus valles exuberantes hasta sus imponentes montañas, guarda secretos transmitidos a lo largo de los siglos. Mi propia experiencia aquí ha sido una de profundo crecimiento personal, y siempre estaré agradecido por la oportunidad de aprender sobre la historia de Bután y explorar sus tierras más inexploradas, guiado por aquellos que conocen sus misterios.
Tras muchos años viviendo en este país, pensaba que entendía bien a su gente y su territorio. Sin embargo, no fue hasta que un amigo, un Rinpoche, me invitó a un peregrinaje espiritual que comprendí cuánto me faltaba por descubrir. Durante mucho tiempo pospuse la experiencia, atrapado en el ajetreo y la falta de consciencia. Pero cuando finalmente fui, se abrió ante mí una nueva dimensión de la profundidad y el misterio de Bután.
Tanto en los planos físicos como metafísicos, Bután es un lugar que se puede explorar por innumerables razones: su cultura, su espiritualidad o su impresionante belleza natural. Sus capas son intemporales, y cada momento aquí te conmueve, te enseña y te inspira de formas que nunca habrías imaginado.
Para alguien que nunca ha estado en el país, ¿cuáles son los lugares imprescindibles?
Demasiados para contarlos. Por supuesto, no puede faltar una caminata de peregrinación al monasterio de Taktsang, conocido como el Nido del Tigre, enclavado en un acantilado. Probar platos locales como el datshi (un sabroso queso con chiles) o los hoentay (empanadillas de trigo sarraceno) es imprescindible. También puedes relajarte en los tradicionales baños de piedra caliente o disfrutar de las aguas termales naturales.
Paro merece una visita mas larga para los amantes de la historia, mientras que Thimphu combina el desarrollo inspirado en la Felicidad Nacional Bruta con una vibrante escena gastronómica y nocturna. Punakha es ideal para quienes buscan aventuras al aire libre, y el valle de Gangtey destaca por su serena belleza natural. Bumthang está profundamente ligado a la espiritualidad, mientras que Haa, el último distrito abierto al turismo, ofrece la oportunidad de experimentar la vida en un pueblo tradicional y disfrutar de espectaculares rutas de senderismo de un día.
¿Cuáles son tus lugares favoritos de Bután?
Algunos de mis lugares favoritos de Bután son Haa, Laya, Tsirang y Zhemgang. Estos lugares ocupan un lugar especial en mi corazón, ya que he desarrollado profundas conexiones personales con cada uno de ellos a lo largo de los años.
¿Tu próximo proyecto?
Estamos ampliando nuestra exclusiva colección de campamentos de lujo Sangwa Camp, diseñados para ofrecer a los viajeros una experiencia única en las regiones más remotas y escondidas de Bután. Cada valle es cuidadosamente seleccionado por sus cualidades distintivas, que abarcan desde su riqueza en gastronomía y subculturas hasta antiguas tradiciones espirituales, el significado profundo de sus canciones, artesanía tradicional y la presencia de animales únicos y singulares en la zona.
¿Tu próximo viaje?
Pronto iré a visitar la comunidad Lhop, también conocida como los Doyas, en el sur de Haa. Los Doyas son una comunidad indígena que habita en las remotas regiones boscosas de Haa, tradicionalmente en cabañas de bambú. Esta comunidad posee una vestimenta única, un idioma propio y una conexión especial con el bosque, del cual dependen para su alimentación, materiales y prácticas espirituales.