Louise Arner Boyd, una dama americana al rescate de Amundsen
Cuando el 25 de mayo de 1928, el dirigible Italia de Umberto Nobile se estrelló mientras sobrevolaba el Polo Norte, su competidor del pasado, el explorador polar Roald Amundsen no se lo pensó dos veces y salió a su rescate en un hidroavión. El destino, la improvisación, un exceso de carga o las tres cosas a la vez hicieron que la aeronave se estrellase y Amundsen desapareció en algún punto del gélido Mar de Barents.
Numerosas embarcaciones partieron a la búsqueda y rescate del célebre explorador, entre ellas, el Hobby, que había sido alquilado por la viajera californiana Louise Arner Boyd que se convirtió así en la única mujer que se unió a la búsqueda de Amundsen por el Ártico.
La pasión por aquellas tierras polares no era algo nuevo para Louise. Unos años antes había realizado su primera travesía al norte, navegando por las irregulares costas de Spitsbergen, en Noruega, haciendo realidad el sueño de su infancia de ver el Océano Ártico.
Inició su misión de rescate partiendo del muelle de Tromsø y, a pesar de que recorrió 10.000 millas a través del Océano Ártico, no encontró rastro de Amundsen (cuyos restos nunca fueron localizados). Sin embargo, el gobierno noruego le otorgó, en reconocimiento a su gesta, la prestigiosa Cruz Chevalier de la Orden de Saint Olav, siendo la primera mujer estadounidense en recibir dicho honor.
Pero…¿quién era esta dama que financió y dirigió siete expediciones árticas entre 1926 y 1955 y que fue la primera mujer en sobrevolar el Polo Norte?
Louise Arner Boyd nació en el seno de una familia de la alta sociedad californiana y, en 1920, con solo 32 años, heredó la fortuna familiar y decidió emplear el dinero en lo que más le apasionaba, que era viajar.
Visitó Noruega por primera vez en 1924 y en 1926 realizó su primer crucero de exploración ártico a bordo del Hobby, un barco que ya había sido utilizado con anterioridad por Amundsen. Ese fue el inicio de su particular historia de amor con los mares y tierras del Norte que le valió a nivel internacional el apodo de la “Diana ártica”.
Tras su fallido intento de encontrar y rescatar a Amundsen en 1928, Louise A.Boyd lideró varias expediciones científicas en las costas de Groenlandia, recolectando y fotografiando cientos de especies botánicas. Estos hallazgos fueron publicados por la American Geographical Society y, como reconocimiento a su labor, un área próxima al glaciar De Geer fue bautizada con su nombre.
Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, fue contratada por el gobierno de los EE. UU para dirigir una expedición al Ártico con el fin de obtener datos sobre la transmisión de ondas de radio en aquellas regiones.
Louise zarpó en 1941, liderando un grupo científico de cuatro hombres y una tripulación de once. Cinco meses después regresó con interesantes datos y, durante el resto de la guerra, trabajó como espía en diversas misiones secretas para el ejército estadounidense.
En 1955, Louise Arner Boyd se convirtió en la primera mujer del mundo en sobrevolar el Polo Norte y su barco S. Veslekari, fue el primero en navegar en algunas regiones de Groenlandia. La exploradora californiana murió en San Francisco en el año 1972.