Qué necesitas saber para elegir bien un safari por África
El lugar y la época son dos de los criterios fundamentales a la hora de elegir el safari. La zona Este de África, es el hogar de los documentales de los domingos por la tarde. Kenia y Tanzania, son una gran opción para hacer un safari debido a sus fértiles praderas las cuales proporcionan alimento para las grandes manadas de animales herbívoros y estos a los carnívoros.
La gran migración consiste en una manada de un millón y medio de ñus y cebras que siguiendo el ciclo de las lluvias buscan las praderas más verdes entre el Masai Mara y el Serengueti. A pesar de que el cruce del río entre ambos parques nacionales es la imagen más clásica de los documentales donde las enormes fauces de los cocodrilos esperan a los ñus, este movimiento de manadas es constante todo el año. Es fundamental elegir la zona a visitar en función de donde esté la manada en el mes que vayamos a viajar.
Para hacerse una idea de la magnitud del paisaje, la superficie del Serengueti y Masai Mara es superior a los 15.000 kilómetros cuadrados, un 50% más grande que el Principado de Asturias, y cada mes la manada está en una zona diferente. Los carnívoros siguen a los herbívoros, y la probabilidad de ver grandes cantidades de animales, depende de la calidad del asesoramiento de la persona que organice el safari.
En otras zonas de áfrica, la concentración de animales, va a depender de la cantidad de agua disponible. La época de lluvias, llamada también la temporada verde, es la más bonita para los amantes de la fotografía por sus verdes y abundantes pastos, las nubes y las puestas de sol en cielos dramáticos, y es cuando nacen muchas crías de herbívoros. Los animales se encontrarán dispersos entre ríos, lagunas y charcas. En cambio, durante la época seca, los animales se concentrarán mucho en las pocas zonas con agua disponible para beber. En esta época, es fácil ver gran cantidad de vida salvaje concentrarse alrededor de las charcas disponibles.
El mes en el que viajemos determina el destino y la calidad del safari, y hay destinos para cualquier mes. Esto quiere decir que con un buen asesoramiento, se puede viajar durante todo el año y no sufrir una decepción.
Un safari puede ser una experiencia maravillosa, o convertirse en un monótono día tras día. El ojo humano se acostumbra a todo, y lo que el primer día nos pareció una maravillosa cebra, al tercer día nos podrá parecer una mula con rayas. Por ello, es importante estudiar la topografía a la hora de diseñar un safari.
Las características del terreno harán que podamos pasar unos días en ecosistemas diferentes y no monótonos y que aunque veamos animales similares, estos se comportan de forma muy diferente. Podríamos ver una manada de elefantes en la sabana entre acacias, y si elegimos bien la zona, en unos días ver unos elefantes nadando en un río lleno de cocodrilos, o atravesando el desierto de Kalahari perdiendo mucho peso por deshidratación. Es el mismo elefante, pero podremos observar sus hábitos de una forma muy diferente.
Incluso dentro de África, la variedad de ecosistemas es tan grande que sería difícil poder abarcar todos en un solo viaje. Desde los desiertos del Namib o el Kalahari, las salinas de Makgadikgadi que son del tamaño de Cantabria, la cuenca del río Congo, el río Zambezi y sus peces tigre con dientes, las planicies del Masai Mara y el Serengeti, el delta del Okavango donde el río fluye y muere extrañamente hacia el interior y no hacia la costa, el cabo de buena esperanza donde las ballenas se reúnen una vez al año o donde cientos de miles de sardinas se concentran perseguidas por decenas de delfines y peces espada, y el hogar del tiburón blanco. Sus selvas y volcanes activos albergan las únicas poblaciones de gorilas del mundo cuya visita es realmente transformadora. Y en todos estos lugares, tribus ancestrales que luchan por mantener su modo de vida tradicional, como los Himba, los San, los famosos Masai, los Samburu y un sinfín de culturas.
Elefantes, vertebradores del paisaje
Uno de los factores más importantes en la composición del paisaje africano son los propios elefantes. Sus rutas migratorias regulan los ecosistemas con su alimentación. Los excrementos que dejan a su paso constituyen un nutriente fundamental para animales y vegetación. La digestión de los paquidermos es muy poco efectiva y desechan la mayoría de lo que ingieren, creando un excelente abono para el terreno por donde pasan. A su paso, actúan como auténticos bulldozers destrozando todo pequeño árbol y arbusto a su paso, pero dejando tras ellos la semilla y el abono necesario para que surja una enorme pradera que atraerá a grandes cantidades de herbívoros y carnívoros a la zona hasta que se agote la pradera, se recuperen los árboles de nuevo y vuelva a comenzar el ciclo.
- En época de lluvias el paisaje es maravilloso, pero la abundancia de vegetación puede dificultar encontrar a los animales. Kenia. Great Planes. —
- Los elefantes arrasan con la vegetación a su paso, y al mismo tiempo, contribuyen a regenerar el ecosistema. Zimbabwe. —
- En algunos lodges como este de Botsuana, los paquidermos se acercan mucho a los humanos. Great Plains. —
- Un safari andando requiere de mucha paciencia y pausa en South Luangwa. Foto: Norman Carr.
Un safari se puede realizar cómodamente en un gran 4x4, hoy en día son eléctricos en muchas ocasiones, sin ruido de motor, o también caminando acompañado por una operativa que llamamos safari móvil, o haciendo un tramo o una travesía a caballo. Son muchas las opciones y formas, desde no mover un pie hasta no parar de moverlos.
El safari tradicional consiste en una combinación de avionetas y cómodos coches 4x4. Con las avionetas nos dirigimos de un punto a otro para después realizar las salidas en grandes todoterrenos equipados con cargadores USB, nevera con bebidas frías, prismáticos que pueden ser infrarrojos, sacos llenos de arroz para estabilizar las cámaras de fotografía, focos para avistamientos nocturnos, y todo tipo de comodidades y funcionalidades.
Un safari a pie es una experiencia muy especial que requiere de una organización logística ya que todo el campamento, comida, servicios, catres y colchones, duchas y cocina se monta y desmonta a diario. Hay un equipo de soporte y todo el safari es dirigido por guías especializados. Este tipo de safari recorre menos distancia, pero nos permite vivir una experiencia a flor de piel única y con todas las garantías de seguridad y comodidad. Elegir la forma de realizar un safari determina en gran medida la experiencia final.
Todos tenemos en mente esas maravillosas tiendas de campaña totalmente amuebladas al más puro estilo vintage como una de las imágenes icónicas de un safari. Pues bien, la buena noticia es que existen y son igual a las fotos.
A pesar de ser esa la referencia, el alojamiento es parte de la experiencia y afortunadamente hay para todos los gustos.
Los lodges, se parecen más a un pequeño hotel con casitas independientes, cuentan con paredes, aire acondicionado, baño completo, dormitorio, un saloncito, y en ocasiones hasta con una terraza y piscina. Suele haber una casa central donde se realizan las comidas y suele ser el punto de encuentro para las salidas de safari en coche. Hay lodges de todos los niveles y gustos principalmente en el sur de África.
Los Tented Camps son los campamentos que todos tenemos en mente. Los hay más sencillos y otros que sorprenden por su nivel de equipamiento y detalles de decoración. Algunos son fijos y se construyen sobre plataformas y otros son móviles o estacionales ya que van siguiendo a las migraciones. Estos campamentos se desmontan y trasladan de zona cada tres meses.
Existen pocas, pero excelentes villas privadas. Grandes casas por supuesto todas ellas decoradas “de revista” para safaris en familia, equipadas con cocinero, guías, vehículos etc.. en zonas como Tanzania, Sudáfrica, Zambia y Zimbabwe entre otros.
Casi todos ellos tienen o bien su propia pista de aterrizaje o una cercana que comparten con alojamientos cercanos a los que llegar en avioneta o en helicóptero.
En Tanzania, algunos de los que más nos gustan son el lodge Singita Serengeti Faru Faru y el lodge Grumeti Serengeti River. En Kenia, en el Masai Mara, en la reserva Olare Motorogi, nos gusta Mara Plains Camp y Arijiju. En Ruanda, el lodge Singita Kwitonda. En el delta del Okavango de Bostuana, el Jack's Camp y el Okavango Explorers Camp. En Namibia el Little Kulala Lodge, Y en Zimbabwe Tembo Plains, Mana Pools.
Parque nacional
o Reserva privada
Para poder realizar diferentes tipos de safari, es importante entender la diferencia entre un parque nacional como puedan ser los famosos Kruger, Masai Mara, Serengueti o Etosha y una zona de conservación.
Un parque nacional está regulado y solo se puede hacer un safari en vehículo desde la salida hasta la puesta de sol. Está prohibido bajarse del coche y hay que seguir unas normas de conducción por caminos previamente definidos. La ventaja, es que los animales están muy acostumbrados a los coches, y están muy relajados. Esto nos permite acercarnos mucho y verlos muy de cerca.
Una zona de conservación es un terreno, normalmente de gran extensión (del tamaño de una provincia de cualquier país europeo), donde unos pocos campamentos gestionan la zona. Su objetivo es proteger el ecosistema y en muchas ocasiones transformar una actividad económica local ganadera en una economía basada en el turismo donde la población local percibe ingresos por la protección de especies y el turismo. Estas zonas tienen muy baja densidad de visitantes y vehículos, y al no estar reguladas como una reserva, permiten realizar actividades como salidas nocturnas, caminatas, e incluso en algunas zonas, salidas a caballo. Esta exclusividad viene normalmente acompañada por un coste más elevado que el de un parque nacional o reserva.
En definitiva, la planificación de un safari requiere de un amplio conocimiento del continente, pero sobre todo, del viajero. Dependiendo de cual sea nuestra expectativa, el diseño de un safari habrá de ser de una manera o de otra. Hay para todos los gustos y ocasiones.